¿Qué es un aguará guazú? III

Quería contarles que hoy vamos a trabajar con un cuento que se titula “Pobrecito, el aguará”, me imagino que sabrán de qué o de quién se trata ese cuento… Espero que lo disfruten! A mí me gusta mucho este cuento!

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Pobrecito, el aguará…

Autor: Graciela Cabal, en Cuentos de miedo, de amor y de risa, Buenos Aires, Norma, 2008 (fragmentos)

(…) Resulta que mi perra se había extraviado. Busqué por todas partes, pero nada. Divulgué y repartí fotos, pero nada. Y yo estaba tan triste que ni ganas de tomar mate tenía (con lo que me gusta el mate); ni fuerzas para sostener la regadera (con lo que me gusta regar las plantas).

“Si no hago algo, me voy a morir de pena”, pensé. “Necesito un cachorrito”. Y me fui a MAPA, el Movimiento Argentino de Protección Animal, donde hay gente que abandona perros y gatos, y gente que va a buscar perros y gatos, porque así es la vida.

Muchos perros no encontré. Pero en una jaula, solito, con cara de desgraciado, vi a un cachorito  orejudo. Había un cartel que decía “Laguna de Iberá/Corrientes”y otro cartel que decía “¡No dar!”.  Lo miré, y él me miró. En ese momento, pensé: “A este no lo quieren dar porque es el más lindo de todos, ¡A mí no me van a engañar!”

Haciéndome la distrída y tratando de que nadie me viera, me acerqué a la jaula, saqué el cartel de “¡No dar!” y lo hice un bollito.

Después, abrí la puerta de la jaula, metí la mano y agarré al orejudo. Enseguida intenté poner cara de señora seria, y dirigiéndome a una señorita de blanco, dije:

-Quería hacer una pregunta al veterinario, si es tan amable.

Pero nunca entré al consultorio del veterinario… ¡Y si me sacaban el cachorrito! Caminando para atrás, con dos orejas que asomaban de la cartera, me fui de MAPA.  

Al verme llegar tan contenta, los aguafiestas de mis familiares me dijeron:

-¡Oia!¿De dónde sacaste ese perro tan raro?

-Yo no le noto nada raro a “Lobo”- dije yo, completamente ofendida.

-¿”Lobo”?- se rieron los aguafiestas- ¡Mucho nombre para tan poco perro!

-¡Groseros!- dije yo. Y con el perrito bajo el brazo, me retiré a mi habitación.

¿Poco perro habían dicho? Ja, ja…

“Lobo” empezó a crecer y en la casa entraron a mirarlo con respeto. Y yo tuve que poner en la puerta un cartel que decía “CUIDADO CON EL PERRO”. No porque “Lobo” fuera malo, pobre angelito. Sino porque era enorme, bruto, juguetón… y raro (en esto, algo de razón tenían en mi casa).

Cuanto más crecía, más raro era. Lindo, pero raro. Lo que más llamaba la atención eran sus largüísimas patas, y también sus orejas, que él movía de allá para acá y de acá para allá.

El lío grande fue cuando empezó el olor. Olor siempre habían tenido, desde cachorrito. Pero el OLOR, lo que se dice, OLOR… un olor a tapir, a elefante, a manada de elefantes, le llegó con el crecimiento. (…)

Después de un tiempo, los de casa , no soportaron más. Primero se fueuno, después el otro y el otro. Se fueron en busca de nuevos horizontes. Y nuevos aires.

Y entonces nos quedamos solos, “Lobo” y yo. Y los dos nos pusimos a llorar. Bueno, la que lloraba era yo. “Lobo” aullaba para el techo, porque traspasando el techo estaba la luna. Fue justo en ese momento cuando sonó el timbre del teléfono. Era mi amiga Nora.

-Voy para allá en un taxi- cuando oyó mis llantos y los aullidos de “Lobo”.

-No vas a resistir- le dije llorando a gritos- El olor te matará y vos sos mi amiga del alma.

-¡No será para tanto!- dijo ella, inocente.

ERA PARA TANTO…

Cuando Nora tocó el timbre de mi casa, abrí la puerta y Lobo corrió a hacerle fiesta. ¡Y Nora huyó al baño! Desde el baño gritó aquello que nunca olvidaré:

-¡¡ESE PERRO NO ES UN PERRO!! ¡¡ES UN AGUARÁ GUAZÚ!

Tiempo después, cuando me separé de “Lobo”, antes de que él emprendiera viaje hacia la laguna de Iberá, lloré casi tanto como cuando se murió mi perra. Y lo abracé fuerte –¡qué me importaba el olor!-, y él me abrazó a mí con sus patas largüísimas y me tiró al suelo de puro cariñoso y yo le hice cosquillas en la panza…   

¿Qué les pareció? Después de leerlo, me gustaría que reflexionen sobre las siguientes preguntas. Escriban las respuestas en el cuaderno de Lengua y me envían la foto:

a) ¿Por qué la señora fue a buscar un cachorrito?

b) ¿Qué aspectos del cachorrito la conquistaron?

c) ¿A vos, también te hubiera conquistado ese animalito? ¿Por qué?

d) Cuando el animalito empieza a crecer, ¿qué aspectos le sorprenden a su dueña?

e) ¿Qué descripciones o qué datos están en el cuento y coinciden con lo que vos ya sabés del Aguará Guazú?

f) Animate a hacer un dibujo de alguna parte del cuento y enviámelo en una foto aparte, contando lo que quieras sobre el Aguará Guazú o sobre el cuento, así lo compartimos en el Blog!